Todos los demás, proporcionan placer al pecador:
El perezoso, disfruta de su holganza,
El goloso de sus hartazgos,
El avaro obtiene placer contando sus riquezas,
El iracundo se desahoga de su rabia con sádico placer,
El soberbio se ufana de sus vanidades,
El lujurioso, que es el que obtiene el mayor placer, disfruta de grandes deleites,
En la envidia no hay ninguna satisfacción, es la tristeza por lo ajeno
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