Hell Broke Loose, o, El asesinato de Louis, vide, el relato de la ejecución de ese desafortunado monarca,grabado por William Denton, Londres, 25 de enero de 1793 — Fuente
Fue una ejecución que definió una era. El 21 de enero de 1793, cuatro días después de haber sido condenado por alta traición y crímenes contra el Estado por 693 de los 721 diputados de la Convención Nacional, el rey Luis XVI fue guillotinado. El espantoso evento tuvo lugar en la Place de la Révolution (anteriormente la Place Louis XV, que pronto será la Plaza de la Concordia) y llegó a representar, tanto en Francia como en el extranjero, la naturaleza cambiante de la Revolución Francesa.
Por supuesto, la forma en que los artistas de la época representaban la ejecución de Luis XVI dependía de sus propias convicciones políticas, o, a falta de esas, de las convicciones políticas de sus mecenas o público. El sentimiento principal que muchos de ellos sentían era el temor de que este acto de violencia fuera un preludio para los demás. Esto es evidente en la impresión inglesa Hell Broke Loose, donde un enjambre de demonios batió tambores y sopla trompetas entre las palabras de flotación libre “A ira”, una canción emblemática de la Revolución Francesa) y Vive la Nation (“Viva la nación”).
El caricaturista inglés Isaac Cruikshank hizo hincapié en la brutalidad de la ejecución al retratarla por primera vez de manera inexacta pero simbólica, en una imagen que tiene al duque de Orleans (quien, aunque apoyó la Revolución, sería guillotinado diez meses más tarde) sosteniendo un hacha sobre la cabeza de Luis mientras María Antonieta (que sería guillotinada nueve meses más tarde) suplica misericordia. A los pocos días, otra caricatura Cruikshank fue publicada en la que Louis es representado como un mártir de pie junto a la guillotina, cuyo nuevo trabajo (la máquina de decapitación sólo había sido inventada el año anterior, en 1792) se explican.
The Near in Blood, the Nearer Bloody, etching by Isaac Cruikshank, January 26, 1793 — Source
El Martydom de Luis XVI, Rey de Francia — Perdono a mis enemigos, muero inocente!!!, grabado por Isaac Cruikshank, 1 de febrero de 1793 — Fuente
El horror por la ejecución de Louis se mezclaba con frecuencia con el horror en la eficiente máquina moderna por la que se llevó a cabo la ejecución. Este doble horror a menudo tomó forma directa, especialmente en impresiones inglesas de la década de 1790:
Masacre del desafortunado rey francés, con vista de la guillotina, o la moderna máquina de decapitación francesa, artista (inglés) desconocido, 1793 — Fuente
Massacre of the unfortunate French King, with a view of la guillotine, or the modern French beheading machine, (English) artist unknown, 1793 — Source
Algunos artistas franceses tuvieron un punto de vista sardónico – por ejemplo en la siguiente ilustración, debajo de la corona dice “He perdido una cabeza” y debajo de la guillotina “Yo obtuve una”
Diálogo—Artista y fecha desconocidos Source
La visión de Luis como mártir fue apuntalada por muchos grabados franceses, y por el pintor inglés Charles Bezanech, cuyas imágenes de Luis en su camino al andamio rápidamente se convirtieron en icónicas para la causa realista. Mientras que Louis es retratado como un hombre de familia cristiana bañado por la luz celestial, sus verdugos se muestran en poses rígidas con los ojos evitados del espectador. La guillotina aún más rígida se cierne, aunque discretamente, para no distraer al espectador del rey, en el fondo.
Charles Bezanech, Luis XVI al pie del andamio,1793 — Fuente
Las últimas palabras de Luis XVI un instante antes de su muerte el 21 de enero de 1793: “Perdono a mis enemigos. Espero que mi muerte traiga a Francia la salvación. Yo muero inocente”, que representa al rey hablando a su confesor, el sacerdote católico irlandés Henry Essex Edgeworth, (francés) artista desconocido — Fuente
Las representaciones pro-revolucionarias de la ejecución de Louis fueron, si acaso, más espantosas que las antirrevolucionarias Sólo la retórica de los subtítulos los distinguía, como en esta imagen de un folleto de Montagnard, que se etiqueta “Alimento para el pensamiento para los bancos de monte coronados: que un agua de sangre impura nuestro suelo. El lunes 21 de enero de 1793, a las diez y cuarto de la mañana, en la Place de la Révolution, el tirano que solía llamarse Luis XVI cayó bajo la espada de la Ley”:
Comida para el pensamiento para los bancos de montaje coronados…, artista desconocido, 1793 — Fuente
No había ninguna “espada” involucrada, por supuesto, sólo la guillotina, que, irónicamente, Luis XVI había ayudado a diseñar. Un cerrajero aficionado generalmente fascinado por las cosas mecánicas, Louis había sugerido que el dispositivo utilizar una hoja oblicua en lugar de una media luna para asegurarse de que la cabeza saldría en el primer golpe, sin importar la forma del cuello. En cualquier caso, la propia cabeza de Louis fue aparentemente cortada sin ningún problema (mecánico) en absoluto.
Puede navegar por una selección de otras imágenes de la decapitación de Luis XVI a continuación. Estos van desde la representación totalmente imaginada por el alemán Georg Heinrich Sieveking —que había estado en simpatía por la Revolución hasta que el rey fue asesinado— hasta algunos de los muchos grabados populares anónimos que circularon ampliamente en 1793. En estos, los mismos detalles se repiten una y otra vez (no menos importante de todo el símbolo imponente de la guillotina), como si los artistas y el público por igual estuvieran tratando de encontrar un lugar para este evento impactante, que dio forma a la historia y remodeló la realidad.
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