viernes, 31 de julio de 2020
miércoles, 29 de julio de 2020
Folleto de la primera edición de Frederick Douglass “¿Qué es para el esclavo el 4 de julio?” (1852)
martes, 28 de julio de 2020
domingo, 26 de julio de 2020
El humor en tiempos de Covid-19
Autor/a: Dr. Carlos Presman
“Humor es posiblemente una palabra; la uso constantemente. Estoy loco por ella y algún día averiguaré su significado”. Groucho Marx
Miles, millones de seres humanos huyendo despavoridos, desnudos; solos o en grupos, saben que son la manada de la humanidad. Resulta imposible saber cuántos son, mientras intentan escapar ellos se miran de reojo, se cuentan algo, se hacen señas y sonríen; se abrazan y sonríen; comen, beben y sonríen.
Sé que no es un sueño porque acabo de escribirlo, se instala la duda: ¿Por qué sonríen?
La pandemia nos cambió la vida a todos, se detuvo el mundo y no nos pudimos bajar, volvieron con inusitada brutalidad los sentimientos más primitivos que alientan a la especie humana a sobrevivir: el miedo y la incertidumbre. Desamparados del refugio que nos da el abrazo y la seguridad de un futuro posible, nos percibimos amenazados por un virus invisible, mágica representación de la muerte.
Incorporamos palabras a nuestro lenguaje cotidiano para poder interpretar la realidad y nos familiarizamos con términos: ¡coronavirus, cuarentena, trazabilidad, COE, protocolos, suero de convaleciente, alcohol en gel, respirador, barbijo!
Después de dos meses de aislamiento se permite caminar hasta 500 metros del domicilio. Siempre con barbijo y a dos metros de distancia. Nos contagiamos la buena nueva entre amigos, colegas y pacientes. Al día siguiente me llega un wathsapp de un paciente de 92 años con doble reemplazo de cadera y severa artrosis: “Carlitos, salí a caminar, pero por los dolores hice apenas 150 metros, te cuento por si alguno más joven los necesita, le doy mis 350 que no voy a usar…” Me sonrío frente a la pantalla del celular, solo, mientras respondo: “jajajajajaja”. Reviso los mensajes: “Cuidado cuando vayan al supermercado, regresé a casa, y cuando se sacó el barbijo no era mi marido”, otro con la imagen de Shakespeare sosteniendo una botellita y declama: “Gel o no gel, esa es la cuestión”, otro con la cara de René Descartes: “Covido ergo Zoom”, otro con la escultura del David pero obeso, llamado Covid, otro: “La cuarentena es como una serie de Netflix, cuando uno cree que se acaba, sacan la siguiente temporada”. No alcanzo a revisar todos los mensajes y regresan las dudas: ¿Es posible hacer humor en estos tiempos? ¿Por qué, para qué, quién, qué humor? ¿El humor es tragedia + tiempo? ¿El humor es como la religión? ¿El humor es hijo del miedo y la incertidumbre? A todas, una sola respuesta: el ser humano es portador sano del humor.
El Dr. Sigmund Freud describió la relación del chiste con el inconsciente. El humor hace alusión de manera implícita o explícita a temas que son su andamiaje: la sexualidad, el poder-dinero, la agresividad y la muerte. Estos suelen ser tramas de las que habitualmente no hablamos y que nos generan angustias y tristezas. La posibilidad de enfermarnos por el coronavirus dispara, entre otros sentimientos, el humor. Convivimos con la tragedia y desde allí creamos la comedia, para que la cuarentena no nos enferme de más.
El escritor Isidoro Blaistein define al humor como el penúltimo paso de la desesperación.
En ese momento cuando el dolor parece no tener fin, alumbramos como un gesto de fe, de esperanza, ese registro que nos arranca una sonrisa y nos alivia. Sonreímos, nos sonreímos en medio del dolor. La desesperación es probablemente la madre de la fe, que en los creyentes se constituye como rasgo religioso y las expresiones: “Gracias a Dios” o “Que sea lo que Dios quiera”. Hay allí una creencia subjetiva que desoye cualquier realidad o racionalidad. En las narrativas que persiguen una sonrisa sucede algo similar, entregamos nuestra ingenuidad, nuestra fe y le creemos, acaso el humor sea el dios de los ateos. El escritor Bernardo Koremblit expresa: “El humor no nos hace felices, pero nos compensa de no serlo”. El Dr. Viktor Franckl en su libro “El hombre en busca de sentido” describe entre los sobrevivientes de los campos de concentración nazis, por los que pasó; el imprescindible, vital y necesario sentido del humor. ¿Podríamos cruzar el sufrimiento de la cuarentena y la pandemia con una sonrisa? El humor así sentido y expresado nos conecta con lo más profundo de la vida; quizás por eso el filosofo Friedrich Nietzsche nos cuenta en su libro “Así habló Zaratustra: sea falsa cualquier verdad en la que no haya habido una carcajada”.
Este humor, que podríamos adjetivar de ético, nos permite dotar de otro significado a la pérdida de libertades a las que nos condena la pandemia y la cuarentena. La soledad del aislamiento para evitar los contagios, la soledad colectiva para una libertad de más vida. El escritor Bernard Shaw reflexiona: ”La soledad es una gran cosa, lástima que uno esté solo”. Otra vez las dudas: ¿Cómo acompañarnos, con humor, durante esta cuarentena? ¿Cómo hacer para que la enfermiza soledad no sea percibida como tal?
La pandemia de un bichito microscópico torció el rumbo de la humanidad y no es chiste. Como ante todo desafío que amenaza la existencia, el ser humano intenta una comprensión y una salida para seguir viviendo; para ello nos valemos de recursos que nos acompañaron por milenios: la ciencia, la religión y el azar. Estas tres muletas del sentimiento y el pensamiento nos han permitido seguir caminando hacia el futuro; el lenguaje del humor se aferra en nuestras manos. Vamos a superar esta pandemia gracias a Dios, cuando descubramos la vacuna y la terapéutica y/o tengamos suerte. Mientras tanto, ensayamos a coro el popular cantito: “Chau pandemia, chau pandemia, pandemia, chau chau”.
Dr. Carlos Presman
Dr. Carlos Presman
Nació en Córdoba Capital en 1961. Es médico clínico y docente universitario del Hospital Nacional de Clínicas, titular de la cátedra de Smiología. Colabora en medios gráficos, radiales y televisivos en temas de salud. Fue uno de los realizadores del programa radial de humor Los Galenos, que se emitió por radio Universidad (Premio Martín Fierro 1996). Fue columnista del noticiero televisivo Teleocho Noticias y colabora periódicamente en el diario La Voz del Interior. Como escritor publicó la novela Ni vivo ni muerto (Ediciones del Boulevard) que fuera traducida al alemán. Participó de la antología de cuentos Cuarto Oscuro (editorial Raíz de Dos) y es columnista de la revista La Recta. Se confiesa aficionado a las caminatas, bicicleta de montaña y pesca de truchas en las sierras de Córdoba. Presman es autor de los libros “Letra de médico I y II” , la novela “Ni vivo ni muerto” y “Vivir 100 años”.
viernes, 24 de julio de 2020
jueves, 23 de julio de 2020
miércoles, 22 de julio de 2020
Hacia una preparación pandémica más allá de COVID - 19
Hacia una preparación pandémica más allá de COVID-19
martes, 21 de julio de 2020
DIVERTIMENTO
Pintura de Fernando Zóbel
Porque hoy juego a vivir en solitario
mi ajedrez es de nubes y de barro;
rompecabezas, dados, loterías
y una timba de amigos: mi alegría.
Todo parece al paso un pasatiempo
pero es juego de prendas en el tiempo.
Aleluyas, estampas, travesuras
retozos en caminos y espesuras…
Gano, pierdo y apuesto al alimón
juego a lo que me dicta el corazón.
Hoy camino con zancos en la niebla
y mi alma en tierras movedizas, tiembla.
Juego, juego a ganar y pierdo siempre
y voy a la pata coja… sonriente.
Y aunque no soy un ángel, juego y sueño
me dispongo a volar y me despeño.
Los vientos de los ases me despluman
y son restas lo que parecen sumas.
Golpes de bola o la jugada hiriente
que tiran a matarme en la pendiente.
Tres en raya, ta te tí, tic tac toe
los dados del tablero me corroen.
Fortuna me sonríe complacida
Némesis, me acosa, retributiva…
Nada es lo que parece, estoy jugando
la música de fondo… suena a tango
Y me gusta jugar con la palabra
porque los chinos dicen que soy cabra.
Tan sólo me divierto en esta orilla
y en soledades con mi mascarilla…
Jugando a ser yo misma siempre pierdo
y me hacen muy felices… mil recuerdos.
©Julie Sopetrán
lunes, 20 de julio de 2020
LA TRACCIÓN DE LA MENTE
Filosofía de la Iluminación
- Aparentemente todos los sucesos y circunstancias de nuestra vida solamente suceden, pero a niveles muy primordiales nosotros realmente hacemos que nos ocurran.
- La premisa del universo consiste en que todo en este mundo está compuesto de manera molecular por partículas formadas de impulsos de energía e información.
- Debemos saber que cada una de las personas y cosas en este mundo portan una energía individual y a cada instante transmiten una señal por todo el universo.
- Es decir: cada persona, animal, planta, roca, árbol y toda manifestación, emite una energía a cada momento al universo como un transmisor de radio.
- Todo el tiempo nosotros estamos enviando vibraciones externas al universo, las cuales no las percibe el ojo humano, pero éstas son completamente reales.
- La vibración que nosotros emitimos al universo es la mezcla de nuestros pensamientos conscientes o inconscientes, junto con la emoción que estos nos generan.
- Los pensamientos son en realidad impulsos de energía e información, pero al crearse dentro de nuestra mente, ahí están lingüísticamente en una exclusividad verbal.
- Es decir, los pensamientos dentro de nuestra cabeza son intenciones formadas de energía e información, pero estructuradas mentalmente de acuerdo a nuestro idioma.
- Estos mismos impulsos de energía e información que experimentamos como pensamientos estructurados de forma verbal, realmente son la materia prima del universo.
- Tal vez creíamos que los pensamientos sólo ocurrían dentro de nuestro cerebro, pero en realidad se encuentran en todo lugar, ya que todo el universo es pensante.
- Estos impulsos de energía e información, que se encuentran en el universo fuera de nuestra exclusividad verbal, en realidad son innumerables intenciones proyectadas.
- A nivel pre-verbal toda la naturaleza habla el mismo idioma y el universo está repleto de recursos capaces de empatar con las intenciones que nosotros emitamos.
- Todos los sucesos, acontecimientos, condiciones y circunstancias que nosotros experimentamos en conjunto con el universo se formaron por alguna intención.
- Cada pensamiento que tenemos en el día se desarrolla en nuestra mente de forma silenciosa, pero éstos gradualmente determinaran el destino de nuestra vida.
- En nuestra vida los pensamientos ordinarios y comunes siempre están presentes, pero debemos saber que también podemos tener pensamientos GRANDIOSOS.
- La diferencia entre los pensamientos ordinarios y los grandiosos, es que unos están inmersos en la fascinación del afán diario y los otros pueden ir creando otra realidad.
- El tipo de pensamiento que predomine en nosotros ya sean normales o extraordinarios, determinará nuestro verdadero estado emocional y lugar en la vida actual.
- Los pensamientos y los sentimientos que tengamos con mayor frecuencia, determinarán y crearán nuestra realidad actual gradualmente en este mundo.
- Es decir, lo que siempre estamos pensando durante el día es lo que acabaremos experimentaremos en nuestra vida, ya que nosotros creamos nuestra propia realidad.
- La vida presente en una persona reside en sus pensamientos, cuanto más grandiosos y elevados sean nuestros pensamientos, más grandiosa será nuestra vida.
- Los pensamientos grandiosos y extraordinarios tienen la capacidad de transcender más allá de lo ordinario, son pensamientos originales, innovadores y flexibles.
- Estos pensamientos pueden llegar a ser realmente poderosos en nuestra vida, pero sólo pueden existir en nuestra mente, si nosotros voluntariamente los pensamos.
- La fuerza del pensamiento en esencia es una intención creadora, si verdaderamente creemos en algo firmemente, las cosas imposibles realmente se vuelven posibles.
- Los pensamientos que tenemos en nuestra mente salen al universo como un principio físico y éstos serán atraídos con otras vibraciones parecidas a las nuestras.
- La inmensidad de pensamientos dentro del universo es un mundo de posibilidades infinitas y si nosotros así lo creemos podemos experimentar cualquier cosa.
- Con este conocimiento, sabremos que los pensamientos ordinarios pueden generan una vida monótona, por ello mejor ahora si vamos a pensar, hagámoslo en GRANDE.
- Con pensamientos verdaderamente grandiosos dejaremos de vivir la realidad de otros y empezaremos a experimentar la realidad que nosotros queramos.
- A veces pensamos que los recursos solo pueden provenir de los ingresos de nuestro trabajo y que a veces no somos merecedores de ciertas cosas, hasta tener el dinero.
- Pero debemos saber que al ser parte de este universo de abundancia ilimitada, ya tenemos todo y existen otras innumerables fuentes para obtener las cosas.
- Todo es energía, somos imanes de energía, por lo tanto energizamos eléctricamente todas las cosas, estando en su misma frecuencia y así vengan hacia nosotros.
- Una técnica para experimentar lo que queremos de forma más rápida, es pensar en lo queremos, sin preocuparse por el cómo, ya que el universo es el que lo facilitará.
- Con nuestros pensamientos grandiosos y una actitud grandiosa hacia la vida, convertiremos grandiosas las situaciones y también todas las cosas en nuestra vida.
domingo, 19 de julio de 2020
sábado, 18 de julio de 2020
Esclarecimiento de la enfermedad pulmonar COVID-19 a través de estudios de autopsia
- David K. Meyerholz, Paul B. McCray Jr.
https://doi.org/10.1016/j.ebiom.2020.102865
https://www.thelancet.com/journals/ebiom/article/PIIS2352-3964(20)30240-1/fulltext?dgcid=hubspot_email_newsletter_tlcoronavirus20&utm_campaign=tlcoronavirus20&utm_medium=email&_hsmi=91499151&_hsenc=p2ANqtz-9IBQlcf2MUR0RTl9CwQl_wxmtHM5Fc_yYvFJXRYwNUlz5SejMYjtweQn4-th1fDxBPelCm8oPbnJM05xyLZWDOaqu8yfn_0OY5zsq-MkMLn35u0I4&utm_content=91499151&utm_source=hs_email
Desde el comienzo del siglo XXI, tres coronavirus zoonóticos han causado brotes de enfermedades en humanos. El síndrome respiratorio agudo grave-CoV (SARS-CoV) surgió en China como un brote de neumonía de 2002 a 2003 con una tasa de mortalidad del 9,6% y casi 800 muertes confirmadas. Los casos de síndrome respiratorio de Oriente Medio-CoV (MERS-CoV) aparecieron por primera vez como enfermedades respiratorias en Arabia Saudita y Jordania durante 2012 y sigue siendo endémico en Arabia Saudita y la península arábiga con una tasa estimada de mortalidad del 34,3% y 858 muertes confirmadas. Si bien cada uno de estos brotes causó epidemias regionales, también revelaron la posibilidad de que un brote local se propagara a nivel mundial a través del transporte aéreo. Sorprendentemente, la enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19) surgió en Wuhan China en diciembre de 2019 y fue declarada pandemia mundial por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En sólo seis meses, la infección por COVID-19 ya ha dejado un efecto duradero en todo el mundo con más de 200 países afectados y más de siete millones de casos positivos confirmados por la OMS (www.who.int – consultado el 9 de junio de 2020).La causa del COVID-19 fue identificada como un nuevo coronavirus ahora llamado SARS-CoV-2, un betacoronavirus como el SARS-CoV y el MERS-CoV.3 A diferencia del SARS-CoV o el MERS-CoV, el SARS-CoV-2 tiene una tasa de letalidad estimada más baja del 0,8-1,4%, pero debido a su transmisión altamente eficiente entre individuos ingenuos y su potencial para abrumar a los centros de salud locales, la cifra mundial de muertos atribuida a SARS-CoV-2 ya supera los 400.000 (www.who.int – a los que se accede el 9 de junio de 2020). Al igual que el SRAS y el MERS, la enfermedad respiratoria es una característica clínica común de COVID-19; sin embargo, las observaciones de participación de otros sistemas de órganos y manifestaciones sistémicas han complicado nuestra comprensión de la patogénesis COVID-19, así como las posibles opciones terapéuticas. SARS-CoV-2 utiliza la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2) como su receptor celular, al igual que SARS-CoV. Sorprendentemente, la enfermedad clínica causada por estos virus, que comparten el mismo receptor, se reconocen cada vez más como no idénticas, y por lo tanto estas diferencias justifican un estudio adicional.
Uno de los factores que limitan nuestra comprensión de COVID-19 ha sido la falta de informes de autopsia publicados. La autopsia (que significa en griego: “ver por uno mismo”) es un elemento fundamental de la patología, una disciplina especializada en medicina que estudia la enfermedad. Los patólogos realizan autopsias para evaluar los tejidos de lesiones a nivel macroscópico, microscópico, ultraestructural y molecular. La autopsia es el estándar de oro para determinar cómo y por qué ocurren las muertes, y ayudar a aclarar los mecanismos fisiológicos subyacentes a la enfermedad clínica. Para enfermedades altamente contagiosas y letales como COVID-19, bioseguridad/bioseguridad, experiencia, recursos técnicos y prácticas culturales son algunos de los desafíos potenciales para un desempeño seguro y eficaz de la autopsia. A veces, en estas situaciones, los patólogos sólo pueden realizar una autopsia parcial para recoger órganos esenciales (por ejemplo, pulmones). Si bien estas autopsias limitadas pueden proporcionar datos perspicaces, la participación multiorgánica de COVID-19 a la participación sistémica requiere clínicamente una autopsia más amplia para obtener una visión integral del proceso de la enfermedad. Es importante destacar que el estudio de los informes de autopsia de múltiples instituciones y regiones es útil para validar los puntos en común de la patogénesis COVID-19, así como para distinguir las influencias inespecíficas de las terapias médicas, el tiempo en el respirador, las comorbilidades, etc. que pueden variar entre el paciente, la institución e incluso las etapas de la pandemia.En el número actual de EBioMedicine, Wang y sus colegas informan de su investigación de dos casos de autopsia (una mujer y un hombre) de Wuhan China. Ambos pacientes tuvieron insuficiencia pulmonar/circulatoria terminal y se confirmaron SARS-CoV-2 positiva por reacción en cadena de la polimerasa en los tejidos pulmonares. Los tejidos pulmonares tenían características clásicas de daño alveolar difuso (DAD) por tomografía computarizada (TC) e histopatología, similar a la observada anteriormente en brotes de SRAS y MERS. Además, estos tejidos pulmonares tenían aumento de citoquinas, macrófagos, moco y epitelio descumamato, con trombos en los vasos. Curiosamente, proporcionan evidencia de que la proteína SARS-CoV-2 S puede unirse a la superficie de los macrófagos. El campo espera evidencia definitiva de si este virus entra o no en su ciclo de replicación en macrófagos alveolares. Estos datos añaden una pieza importante del rompecabezas a la comprensión de COVID-19 grave. Por ejemplo, estudios de modelos animales han sugerido que las respuestas exuberantes de citoquinas a los coronavirus respiratorios podrían causar infiltración excesiva por monocitos-macrófagos inflamatorios en los pulmones, lo que resultaría en patología pulmonar grave como la DAD. Del mismo modo, Wang, et al. mostró un aumento de las citoquinas y macrófagos en los pulmones de la autopsia. Los mismos autores también detectaron trombos en algunos vasos, apoyando informes recientes de inflamación vascular y trombos en otros estudios de autopsia. De manera única, Wang y sus colegas muestran que los pulmones COVID-19 tienen espacios aéreos parcialmente llenos de moco y epitelio descamado; algunas de estas características (por ejemplo, moco) no han sido reportadas por otros estudios de autopsia mucho más grandes que sugieren que podría estar relacionado con otros factores como los tratamientos COVID-19 o las condiciones preexistentes. Por último, tenemos que seguir adquiriendo más informes de autopsia y compararlos en triangulación con modelos animales en investigación y estudios clínicos para obtener una comprensión y descripción más precisas de la fisiopatología COVID-19.
viernes, 17 de julio de 2020
¿Qué es la salud? Alostasis y evolución del diseño humano
Peter Sterling es profesor de neurociencia en la Facultad de Medicina de la Universidad de Pensilvania. Es un neurocientífico preeminente de prestigio mundial cuyo trabajo revolucionario sobre la alostasis ha avanzado nuestra comprensión del cerebro y su arquitectura funcional. Es coautor (con Simon Laughlin) de Principles of Neural Design y What Is Health? Allostasis and the Evolution of Human Design (MIT Press) y de numerosos y relevantes investigacones publicadas en Journals de alto impacto. Se trata de un científico, pero también de un “pensador” capaz de poner el conocimiento en el mundo real y aportar conceptos que cambian nuestro modo de enternder la biología, la salud y la enfermedad. IntraMed agradece la generosidad de compartir sus ideas con nuestros lectores.
Transcripción
Pregúntele a un médico, “¿Qué es la salud?“, y puede obtener una mirada extrañada, como si la pregunta fuera demasiado obvia para considerarla. Insista y probablemente le dirán: “La salud son valores normales de laboratorio y ausencia de enfermedad o trastorno”. Esta respuesta se basa en un modelo conceptual del cuerpo como una máquina autónoma y autorregulada. Ese modelo supone que los parámetros se mantienen constantes (homeostasis) mediante la retroalimentación negativa de la corrección de errores, tal como funciona un termostato. Cuando algo causa una desviación sostenida, eso es falta de salud o enfermedad. Cuando el parámetro se restaura por intervención médica, eso es salud.
Este modelo puede explicar muchas causas inmediatas de mortalidad. Por ejemplo, la hipertensión arterial hace que los vasos sanguíneos se inflamen y luego se obstruyan con una placa que más tarde se rompe.
Pero, ¿Qué hace que aumente la presión y por qué no se autorregula? Y, ¿por qué, a pesar de las drogas para reducir la presión arterial, la hipertensión persiste como un asesino importante? El modelo centrado solo en el cuerpo no tiene respuestas para eso.
- La obesidad causa diabetes tipo 2; pero, ¿Qué es lo que abruma los controles automáticos sobre el apetito?
- La desesperación puede causar suicidio o sobredosis mortal; pero, ¿Qué impulsa la desesperación?
Nuevamente, el modelo centrado solo en el cuerpo no puede responder. Necesitamos un modelo de salud que incluya el cerebro.
El cerebro monitorea todos los parámetros internos para predecir lo que se necesitará, y monitorea los parámetros externos para evaluar las oportunidades. El cerebro luego integra las necesidades con el contexto; así selecciona comportamientos que proporcionan a cada célula “lo suficiente, justo a tiempo“.
La salud, tanto física como mental, puede entenderse como la capacidad de responder dinámicamente a los cambios en la demanda.
Tal modelo cerebro-cuerpo ayuda a identificar condiciones en todos los niveles que fomentan la capacidad de respuestas totales o sistémicas. Ofrece un marco teórico útil para ir más allá de la terapia farmacológica intensiva que, además de bloquear las causas inmediatas, también reduce la capacidad de respuesta adaptativa.
El modelo cerebro-cuerpo explica que la hipertensión arterial se desarrolla cuando el cerebro predice crónicamente la necesidad de vigilancia mental y física. A medida que el cerebro impulsa a todos los sistemas mediadores) para elevar la presión arterial, los vasos sanguíneos se adaptan engrosándose y reduciendo el flujo lo que, a su vez, requiere más presión adicional.
Los controles que normalmente resisten un aumento de la presión arterial reducen su sensibilidad.
De acuerdo con el modelo cerebro-cuerpo el tratamiento comenzaría, no con medicamentos para bloquear los mecanismos periféricos, sino modificando primero la predicción que hace necesario elevar la presión arterial. Revisaría las condiciones sociales para permitir a todos predecir menos necesidad de vigilancia.
El modelo cerebro-cuerpo explica que la obesidad y las adicciones se desarrollan cuando el cerebro se ve privado de las pequeñas recompensas inesperadas necesarias para proporcionar pequeños pulsos de dopamina. Al carecer de estos pulsos, crecemos inquietos y buscamos recompensas en alimentos sabrosos y en drogas. Pero a medida que los alimentos y las drogas pierden su capacidad de producir sorpresa, proporcionan menos recompensa a través de la dopamina, y debemos sorprendernos aumentando su cantidad.
¿El tratamiento?
Revise las condiciones sociales para proporcionar a todas las personas actividades desafiantes que brinden suficientes recompensas inesperadas.
Mi nuevo libro, ¿Qué es la salud? amplía estos puntos. Esboza, comenzando por las moléculas y las células, cómo evolucionó la conexión cerebro-cuerpo, cómo funciona, qué salió mal y cómo a partir de aquí podríamos mejorar la salud para todos.
Reseña del libro¿Qué es la salud? La alostasis y la evolución del diseño humano. Por Peter Sterling
La salud es la capacidad de respuesta óptima al ambiente y, a menudo, se trata mejor a nivel del sistema
La educación médica se centra en el venerable concepto de “homeostasis” sin culpa, según el cual los mecanismos locales imponen constancia al corregir los errores, y el cerebro sirve principalmente para emergencias. Sin embargo, resulta que la mayoría de los parámetros no son constantes; Además, a pesar de la importancia de los mecanismos locales, el cerebro está definitivamente a cargo. En este libro, el eminente neurocientífico Peter Sterling describe un concepto más amplio: la alostasis (acuñada por Sterling y Joseph Eyer en la década de 1980), mediante la cual el cerebro anticipa las necesidades y moviliza eficientemente los suministros para evitar errores.
La alostasis evolucionó temprano, explica Sterling, para optimizar la eficiencia energética, dependiendo en gran medida de los circuitos cerebrales que ofrecen una breve recompensa por cada sorpresa positiva. La vida moderna reduce tanto las oportunidades de sorpresa que nos vemos obligados a buscarla en el consumo: hamburguesas más grandes, más opioides e innumerables actividades que implican mayores emisiones de carbono. Las consecuencias incluyen adicción, obesidad, diabetes tipo 2 y cambio climático. Sterling concluye que las soluciones deben ir más allá de lo meramente técnico para restaurar las posibilidades de pequeñas recompensas diarias y revivir las capacidades para el igualitarismo que están conectadas a nuestra naturaleza.
Sterling explica que la alostasis ofrece lo que no se encuentra en ningún libro de texto médico: definiciones basadas en principios de salud y enfermedad: la salud como la capacidad de variación adaptativa y la enfermedad como la reducción de esa capacidad. Sterling argumenta que, dado que la salud es una capacidad de respuesta óptima, muchas condiciones importantes se tratan mejor a nivel del sistema.